sábado, 25 de marzo de 2017

EL DESCANSO DE LA MUERTE



Entre su nacimiento y su último momento, el hombre pasa a través de cuatro principales estados de desarrollo: infancia, adolescencia, vejez y muerte. En la infancia la fuerza vital está concentrada, la voluntad es simple y la armonía general del sistema es perfecta. Los objetos exteriores no producen impresión perniciosa y nada se puede añadir a la naturaleza moral. En la adolescencia la pasión animal es exuberante y el corazón está lleno de deseos y preocupaciones.
El hombre está al descubierto contra los ataques de los objetos de los sentidos, y de esta manera su naturaleza moral se debilita. En la vejez sus deseos y preocupaciones han perdido su fuerza y el cuerpo busca reposo. Los objetos externos ya no ocupan el primer lugar en su imaginación. En este estado, aunque no llega a la perfección de la infancia, es, no obstante, mejor de lo que era en la adolescencia. En la muerte, llega a su descanso y vuelve a lo Absoluto.
"El Evangelio del Tao"




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